El Vicepresidente de la República, en una rueda de prensa reiteró la invitación a la oposición a negociar, para “'conjuntar el texto constitucional, corregido en sus contradicciones, si es que las tiene, con un estatuto autonómico modificado en sus exageraciones”, asegurando que 'si hay voluntad para avanzar en ello (el diálogo), yo creo que en los siguientes días podríamos crear un escenario de acercamiento'.
No obstante, este discurso en apariencia conciliador dista mucho de sus actitudes que ha tenido en los últimos dos años, porque mientras hace llamamientos a la paz, el dialogo, el respeto a los derechos fundamentales; lidera y encubre a campesinos y mineros para que éstos puedan cercar el Congreso Nacional a fin de evitar que los diputados y senadores de la oposición entren a sesionar, socapa el maltrato a éstos, habiendo llegado a violencia física, incluyendo a quienes se opongan al proyecto político del gobierno.
En esa lógica, cuando su credibilidad está por los suelos, quién podrá confiar en un hombre que hizo de su doble discurso un arma que tiene, hoy por hoy, un efecto boomerang. García Linera, en su momento dio su palabra en Nueva York, de respetar los dos tercios de voto en la Asamblea Constituyente, pero pocos meses después pregonó la mayoría absoluta, que derivó en un proyecto de Constitución Política del Estado, que fuera irregularmente aprobado si siquiera leer artículo tras artículo, con representantes oficialistas, y los de oposición azuzados por hordas de campesinos e indígenas afines al Gobierno.
Por otro lado, en la Ley de convocatoria y su modificación impuesta, con el mismo método maniqueo, no señala que pueda negociarse cambios a la misma fuera del tiempo estipulado, mostrando la irresponsabilidad e incoherencia de un Gobierno que irrespeta su propia norma generando una inseguridad jurídica en el país, que se traduce en un país sin ley.
Copyrights @ Journal 2014 - Designed By Templateism - SEO Plugin by MyBloggerLab