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27 de febrero de 2013

Costa Rica 64 años sin ejército

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Costa Rica: un país sin ejército

“A  de 1948, el  salía de la Segunda Guerra Mundial y entraba en las primeras horas de la llamada Guerra Fría cuando un país de Centroamérica, Costa Rica, decidió abolir su ejército. La medida fue decretada por el dirigente socialista José Figueres Ferrer y fue integrada en la Constitución de 1949. Sin embargo, esta desmilitarización es consecuencia de una larga historia que empezó en 1825 cuando se abolieron los fueros especiales para militares y eclesiásticos. 
Desde entonces, el ejército fue reduciéndose hasta que, en 1948, ya sólo lo integraban unos 800 hombres. Y esto pese a que hacia finales del siglo XIX Costa Rica tenía el ejército y la marina más poderosos de Centroamérica, con 35 mil hombres en armas, lo cual era mucho para un país de sólo 400 mil habitantes, según explica Fernando Durán, ex director de la Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano.
[...] ‘Es un salto cualitativo en materia de desarrollo humano: en menos de diez años la esperanza de vida aumentó, la tasa de mortalidad por enfermedad cayó, la educación se disparó. Se dejó de invertir en armas para invertir en maestros y en médicos’, señala Daniel Matul, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Costa Rica.
La supresión del ejército permite hoy el financiamiento de la totalidad de las universidades públicas y de tres hospitales del país. La tasa de analfabetismo en Costa Rica es de sólo un 4 por ciento. ‘No hay peligro de conflictos, todo se resuelve con diplomacia’, dice Jorge, un estudiante de San José, la capital. En 1985, cuando en Centroamérica países como Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala estaban en guerra, se realizó una encuesta sobre el restablecimiento del ejército y un 90 por ciento de los costarricenses dieron una respuesta negativa, destaca Víctor Ramírez, autor del libro José Figueres Ferrer, carácter y pensamiento.
¿Qué pasaría si Costa Rica fuera atacada? ‘La fuerza de defensa que tiene Costa Rica es que nadie se va a atrever a enviar un ejército para invadirlo. Si vigilamos las fronteras es por un asunto de seguridad ciudadana’, responde Janina del Vecchio Ugalde, ministra de Seguridad Pública. Costa Rica forma parte del Pacto de Bogotá y ha firmado el Tratado de Asistencia Recíproca, por lo cual, si fuera agredido, contaría con la protección de la fuerza multinacional de la OEA.
Para combatir la delincuencia, el narcotráfico, la violencia interna, Costa Rica cuenta con una guardia civil de 10.500 hombres. [...] ‘En Costa Rica no se permite la instrucción militar ni de Estados Unidos ni de China ni de Israel ni de Colombia ni de nadie. En este país hay gente que sabe de seguridad y de tácticas militares’. [...] ”
Abolición del Ejército
[...] El 1º de diciembre de 1948, el General Figueres, victorioso en la guerra civil de ese año, disolvió el ejército en Costa Rica. En una emotiva ceremonia efectuada en lo que hoy es el Museo Nacional, de la cual fueron testigos, estudiantes, miembros del cuerpo diplomático y personalidades nacionales, el presidente de la Junta de Gobierno, José Figueres Ferrer, derribó de un mazazo unas piedras de un torreón del Cuartel Bellavista. Simboliza este hecho el fin de una era castrense y se iniciaba otra en la que la seguridad y la educación serían prioridades del gobierno.
En 1949, no sin antes haber enfrentado un intento de golpe de Estado, la eliminación del ejército fue incorporada en la constitución de 1949. Esto permitió utilizar los presupuestos antes asignados al ejército en el desarrollo del aparato educativo principalmente.
En el acta Nº 178, del 31 de octubre de 1949, aparece la aprobación del artículo constitucional que suprime el ejército como una institución permanente y crea la policía civil, para el resguardo del orden público. El 11 de ese mismo mes y año por decreto Nº 749, la Junta Fundadora de la Segunda República, traspasó el Cuartel Bellavista a la Universidad de Costa Rica para que allí se instalara el Museo Nacional.
El Decreto
Día de la Abolición del Ejército
El Presidente de la República y los ministros de la Presidencia, de Seguridad Pública, de Educación Pública, de Cultura, Juventud y Deportes y Relaciones Exteriores y Culto,
Considerando:
1. Que la idiosincracia costarricense está estrechamente ligada a la vocación nacional de desarme, neutralidad y paz dentro de los principios de libertad y democracia que constituyen un sentimiento ancestral y una herencia que deben mantenerse.
2. Que, desde su incruenta independencia en 1821. Costa Rica adoptó el régimen de derecho como norma de conducta, habiendo evolucionado hacia una sociedad en la que la institución militar perdió sentido progresivamente ante la fuerza de la razón.
3. Que el 1º de diciembre de 1948 la Junta de Gobierno presidida por don José Figueres Ferrer resolvió eliminar el ejército y convirtió, en gesto de gran valor simbólico, el antiguo Cuartel Militar Bellavista en sede del Museo Nacional.
4. Que la Asamblea Nacional Constituyente de 1949 consagró la decisión de la Junta en el artículo 12 de la nueva Constitución Politica, el cual reza asi: ‘Se proscribe el ejército como institución permanente. Para la vigilancia y conservación del orden público, el Estado contará con las fuerzas de policía necesarias. Sólo por convenio internacional o para la defensa nacional podrán organizarse fuerzas militares, las cuales, lo mismo que las de policía, estarán siempre sujetas al Poder Civil, y no podrán deliberar ni hacer manifestaciones o declaraciones, en forma individual ni colectiva.’
5. Que la abolición del ejército ha hecho posible que se destinen más recursos públicos al desarrollo del país, especialmente en materia de educación, salud y cultura; ha legitimado la via electoral como único camino de acceso al poder, y ha impedido la formación de un grupo militar capaz de cobrar autonomía e intervenir directamente en el destino de una nación.
6. Que Costa Rica, al desarmarse unilateralmente, ha depositado su confianza en las instituciones internacionales y en los mecanismos de defensa de que ella dispone, siendo los gastos de defensa de Costa Rica mínimos en relación con los ingresos del Estado.
7. Que la Proclama de Neutralidad, emitida el 17 de noviembre de 1983, es la culminación de un proceso de desarme unilateral y voluntario y recoge los valores nacionales de paz, libertad y no intervención en los asuntos internos de otros paises, y que dicha proclama ha recibido respaldo de numerosas naciones.
8. Que, al aproximarse Costa Rica a su primer centenario de vida democrática, conviene resaltar el carácter civilista de su pueblo y de sus gobiernos, lo cual ha instaurado una conciencia de paz y la ausencia de una cultura castrense.
9. Que la abrumadora mayoría de la población costarricense se siente orgullosa de que el país no posea un ejército como institución permanente.
10. Que en el Año Internacional de la Paz, que se celebra actualmente gracias a los esfuerzos de Costa Rica en las Naciones Unidas, conviene reiterar la vocación nacional de paz, materializada en la supresión del ejército, y recordar los beneficiosos efectos que ha tenido para el desarrollo material y espiritual del país, así como para la convivencia con las demás naciones.
Decretan:
Artículo 1º- Declárase el 1º de diciembre de cada año como ‘Dia de la Abolición del Ejército’.
Articulo 2º- Se insta a todos los costarricenses y a los extranjeros radicados en el país, asi como a las instituciones públicas y a las privadas, a reflexionar sobre este hecho fundamental de la historia patria y a celebrarlo con la dignidad y el decoro que merece la fecha.
Artículo 3º- Rige a partir de su pubilcación.
Dado en la presidencia de la República. -San José, a los veintiséis días del mes de noviembre de mil novecientos ochenta y seis.
Los beneficios de la desmilitarización
La Profesora Marta Monge Piedra, autora del libro “La Abolición del Ejército en Costa Rica” y relatora de la comunicación titulada “Una experiencia que nos educa” en el encuentro de Escuelas Asociadas a la UNESCO celebrado en Granada, aclara:

“Como país vivimos preparados para la no-violencia, y podemos pensar que la ausencia de la fuerza armada ha determinado una manera de ser costarricense; a la inversa, podemos también pensar que es nuestra manera de ser la que ha determinado nuestra desmilitarización. Sea como sea, esta situación genera un modo de vivir. Los padres, las madres, los hermanos y hermanas, los hijos e hijas costarricenses hace ya mucho tiempo que olvidaron las despedidas en el andén, las banderas sobre el ataúd. Las historias de ‘desaparecidos’, de hijos que se van a la montaña, a las guerrillas, de seres queridos torturados, son para nosotros sólo historias ajenas.

Los costarricenses en general estamos satisfechos de ser un país desarmado. Sin embargo, a veces se alzan voces que nos hablan de lo bueno que sería tener en casa una fuerza armada, en nombre de la seguridad nacional. En algunos momentos de nuestra historia, se ha querido volver a las armas. No ha faltado gobierno que intentara la adquisición de armas, prestadas o cambiadas, bajo el pretexto de proteger nuestras fronteras. Sabemos que subterráneamente se ha pretendido entrenar un cuerpo paramilitar. Incluso se ha hablado de cifras de activos que reciben entrenamiento en combate… Pero los costarricenses repudiamos la presencia física de la fuerza.

No tener ejército nos ha permitido invertir en desarollo. La educación, la salud, la seguridad social, la protección de la naturaleza, la infraestructura para el transporte, han sido posibles gracias a que se ha dispuesto de un presupuesto nacional libre de ejército”.
Nota del Diario El País
Seis décadas sin Ejército en Costa Rica:
” [...] Rodrigo Arias advirtió que hay contenidos básicos de la Constitución actual que están blindados por la madurez del sistema costarricense, como los derechos individuales, la propiedad privada, el régimen democrático y joyas como la carencia de Ejército. El gasto militar en el mundo asciende a 3.300 millones de dólares diarios. Con lo que cuesta un helicóptero se paga una beca anual de 100 dólares mensuales a 5.000 jóvenes pobres en riesgo de abandonar su educación secundaria”, ha dicho el mandatario. ”
Extracto de un discurso del presidente costarricense
Costa Rica celebró sus 60 años sin ejército con actos culturales, homenajes y un mensaje al mundo de su presidente y Premio Nobel de la Paz 1987, Oscar Arias, a promover la paz y el desarme.
” [...] Les he pedido ayuda para defender ante el mundo un ideal, que quizá alcancemos en un muy largo plazo: el ideal de un mundo desmilitarizado’, recordó Arias. Pero hoy les pido ayuda, también, para defender un proyecto concreto que podemos alcanzar en un plazo casi inmediato: la aprobación de la Convención Marco para la Transferencia de Armas’, anunció. Este tratado internacional busca prohibir a los países transferir armas a Estados, grupos o individuos, si existe razón suficiente para creer que esas armas serán utilizadas para violar los Derechos Humanos o el Derecho Internacional. [...] ”
Indices de Costa Rica y su posición en América Latina y el mundo
Nota de La Nación de Costa Rica
” [...] La abolición del Ejército nacional solo beneficios trajo a los habitantes de Costa Rica; muestra de ello son los siguientes hechos:
- Se cuenta con amplia cobertura en salud, especialmente en salud preventiva, curativa y atención prioritaria para la niñez, mujeres y adultos mayores.
- Alto nivel de escolaridad (solo superado por Cuba).
- La esperanza de vida es superior a los 75 años.
- Ocupamos el tercer lugar en América Latina en la adquisición de computadoras por habitante.
- Somos el país con mayor estabilidad política de America Latina.
- Cobertura nacional en telecomunicación, agua potable, electricidad y seguridad social
Estas conquistas de claro matiz social, obviamente con sus imperfecciones, se las debemos en gran medida a los efectos de la ausencia del Ejército en Costa Rica, ya que esa ausencia evita que el país destine el grueso de su presupuesto a la compra de vituallas militares, tanques, aviones y buques de guerra, manutención de una poderosa burocracia de fuerza (militares), tal como ocurre en la mayoría, por no decir en la totalidad, de los países latinoamericanos. Muchos de esos militares, en tiempos pretéritos, tumbaron presidentes mediante golpes de Estado. Contrariamente a ello, los costarricenses, en un ambiente festivo que caracteriza las elecciones nacionales, cada cuatro años elegimos nuevas autoridades del poder Ejecutivo y Legislativo. [...] ”