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22 de marzo de 2013

El agua cuesta hasta siete veces más en Cochabamba

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POR: MELISSA REVOLLO // TEXTOS MARTÍN NUMBELA
FUENTE: OPINIóN
En el municipio de Cochabamba no sólo es un privilegio contar con agua potable sino que su costo es, cinco a siete veces, más elevado que lo que pagan los quillacolleños o sacabeños.

En promedio, en Cochabamba el consumo del metro cúbico de agua cuesta 7,25 bolivianos, considerando que en una vivienda de la zona de Jaihuayco en el sur, por ejemplo, cada metro cúbico llega a costar 4,7 y en el centro 9,78. Actualmente, hay cuatro categorías definidas según el tipo de construcción de las casas.

En el sur una familia paga alrededor de 42 bolivianos por nueve metros cúbicos, que se consumen en determinados días de la semana (menos los miércoles, sábados y domingos), mientras los que viven el centro, cancelan cerca a 500 bolivianos por 51 metros cúbicos.

El gerente del Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Semapa), Antonio Barriga, expresa que se provee de agua a la ciudad gracias a que existen los pozos, lagunas y una galería filtrante para la distribución. Las lagunas de Wara Wara y Escalerani son fuentes superficiales pero principales para el abastecimiento.

QUILLACOLLO La situación en Quillacollo es totalmente diferente a la de Cochabamba, donde no sólo el precio del agua por metro cúbico es barato, sino que los usuarios cuentan con el servicio todos los días y sin restricción de horarios.

Por ejemplo, una familia de la Organización Territorial de Base (OTB) Avenida Santa Cruz, en la zona norte de Quillacollo, que se provee de agua de la Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Quillacollo (Emapaq) paga 1,4 bolivianos por metro cúbico.

Según el testimonio de la familia Camacho, el agua era incluso más económica antes. Ahora pagan por mes un promedio de 14 bolivianos, pero hace unos cinco años el líquido que consumían provenía de una cooperativa y pagaban 15 bolivianos anuales.

El alcalde de Quillacollo, Charles Becerra, manifiesta que las principales fuentes para el suministro de agua en esta ciudad son los pozos. Sin embargo, ve en el proyecto Misicuni la segunda fuente de provisión a futuro para abastecer a, alrededor ,de 200 mil habitantes que viven en la ciudad intermedia.

Si bien el costo por el consumo a través de cooperativas es bajo, el acceder al servicio implica alrededor de 800 dólares. 

Un vecino de la zona norte de Quillacollo intentó durante un año convencer al Comité de que el agua “es un derecho de todos y no se puede lucrar”, pero por la necesidad ya dio una primera cuota.

SACABA La familia Villarroel vive en la OTB Tacopoca, al este de Sacaba. En su vivienda hay dos tipos de conexiones para el agua potable, una de la Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado Sacaba (Emapas) y la otra de la cooperativa de aguas del mismo nombre de la OTB. Los miembros de esta familia dicen que la conexión de Emapas les provee agua los días lunes, miércoles y viernes, sólo por dos horas, de 12:00 a 14:00. El pago por el servicio es de 10 bolivianos mensuales, no hay medidores para el consumo, por tanto, el mismo es libre.

Por otro lado, el líquido que les da la cooperativa Tacopoca tiene medición, por cada metro cúbico pagan 1 boliviano y a partir de los 11 cancelan 1,50 bolivianos. Este suministro se da durante todo el día. Esa familia paga cada mes a su cooperativa entre 14 y 17 bolivianos.

El gerente de Emapas, Óscar Zelada, explica que la “tarifa plana” es de 10 bolivianos y que no hay micromedición. Sin embargo, en 2012 lograron la renovación de 12 kilómetros de entubado. Dentro de este proyecto, la OTB Siete Esquinas, con 800 viviendas, se convirtió en una especie de prueba piloto con el uso de medidores.

“Los vecinos creen que el costo va a ser más elevado (pero en realidad) se va a garantizar que tengan un servicio continuo y una presión adecuada en la red”, dice agregando que la gente de ese barrio tiene agua día y noche. La “tarifa” plana sigue, pero se incrementa a 1,50 bolivianos por metro cúbico, a partir del 11.

La autoridad indica que las principales fuentes de agua en su municipio son 38 pozos para el Casco Viejo y parte de los distritos 4 y 2, una fuente superficial que está en Tabla Laguna que comparte 50 por ciento para agua potable y 50 por ciento para los regantes, además hay una vertiente en el lugar de T´impu. “Llegamos a cubrir unos 50 litros por segundo”, explica.


Haciendo comparación de precios entre Cochabamba Sacaba y Quillacollo, está claro que los cochabambinos son los que pagan un elevado precio por el consumo de agua que les provee el Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado.

Apuntes.

Tarifas altas

El costo del agua en Cochabamba no ha dejado de ser elevado. Sin embargo, pudo ser mucho más caro si en abril de 2000 la población no hubiera expulsado a la empresa Aguas del Tunari, dependiente de la multinacional Bechtel, que decidió incrementar las tarifas en más del 100 por ciento.

La decisión de elevar el costo provocó que la población se levantara y protagonizara la denominada “Guerra del Agua”.

A 13 años de ese histórico hecho, que logró acabar con la privatización de Semapa, Cochabamba aun tiene problemas de abastecimiento de agua y tarifas elevadas.



Día Mundial del Agua

Hoy se recuerda el Día Mundial del Agua, que fue propuesto en la Conferencia de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo, en Río de Janeiro el año 1992. Después, la Asamblea General de las Naciones Unidas, adoptó el 22 de diciembre de 1992, la resolución que declaró el 22 de marzo de cada año como Día Mundial del Agua. 
La tarifa solidaria demora
El gerente del Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Semapa), Antonio Barriga, informa que aun están a la espera de la instrucción de la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Agua Potable y Saneamiento Básico (AAPS), para la aplicación de la tarifa social solidaria en la ciudad de Cochabamba, por el consumo de agua.

A finales de 2012 el director ejecutivo de la AAPS, Germán Aramayo, explicó que tras un estudio realizado se determinó que los pagos deben estar en relación al consumo de agua y no, como ahora ocurre, según la categorización de las viviendas conforme a su construcción.

Aramayo anunció en esa oportunidad que la tarifa social será de 15 bolivianos y que podría regir desde el 1 de enero de 2013.

Pese a la insistencia para conocer una respuesta de la AAPS, la misma no ha explicado desde cuándo puede entrar en vigencia la instrucción.

Quienes pasen el límite de los 10 metros cúbicos tendrán que pagar más, pero aun no se sabe cuánto se incrementará. En La Paz y Santa Cruz, el cobro se realiza en función al consumo.

El uso de agua es desmedido y la distribución resulta muy compleja en el eje metropolitano

Las autoridades reconocen el uso irracional que existe del agua potable en los municipios. El proyecto Misicuni es una esperanza para Quillacollo y Cochabamba, pero a Sacaba no llegarán sus aguas.

La concejala de Quillacollo, Cinthia Fernández, considera que la distribución del agua es compleja y que su uso es desmedido.

“Sí existe un uso irracional. Por eso se está preveyendo que la empresa haga cursos de capacitación a los niños principalmente”, manifiesta, agregando que existe deficiencia del líquido porque en la zona central tienen agua sólo tres horas cada día.

La autoridad dice que tener medidores podría garantizar un uso adecuado pero, actualmente no existen.

La Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado Quillacollo (Emapaq), dispone el servicio sólo para los distritos centrales 1, 2 y parte del 3 y el resto de la población, tiene distribución a través de cooperativas, que en Quillacollo son 189, según el alcalde Charles Becerra.

Por su lado, el gerente de la Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado Sacaba (Emapas), Óscar Zelada, también hace referencia al mal uso que se hace del agua que se distribuye a través de la empresa descentralizada y cuatro cooperativas en ese municipio.

“En muchos casos identificamos que tienen sembradíos tremendos en su patio y utilizan el agua potable para regar esos productos (...) Hacen lavado de sus autos con mangueras”, ejemplifica el gerente agregando que, al igual que en 2012, este año invertirán recursos en talleres de capacitación en Organizaciones Territoriales de Base (OTB) y unidades educativas.

Zelada dice que el pasado año lograron buenos resultados con un mejor manejo del agua.

MISICUNI Cuando en los municipios se habla de la carencia de agua, la respuesta de solución suele ser la dotación a través de las aguas de Misicuni, un proyecto que aun está en marcha y es la esperanza ante la escasez.

Quillacollo y Cochabamba ven en Misicuni, la solución a sus problemas.

Pero en Sacaba la situación es diferente, ahí no llegará Misicuni. El gerente de Emapas explica que ellos tienen su “propio Misicuni”.

Se trata de un proyecto de trasvase de aguas en la zona de Palca, en la comunidad de Caluyo Grande.

La autoridad explica que desde hace dos años se invirtió un millón de bolivianos para hacer el proyecto a diseño final. La propuesta ya fue presentada al Ministerio de Medio Ambiente y Agua para la revisión y gestiones necesarias. El proyecto ya habría sido aprobado y se garantiza el financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La inversión es de 8 millones de dólares.

“Con eso estamos garantizando un caudal de más de 150 litros por segundo, que estaría beneficiando a más del 80 por ciento de la población de toda Sacaba”, detalla Zelada acotando que los recursos serán financiados con un 50 por ciento por parte del Ministerio, con fondos del BID y los otros 4 millones serán compartidos en partes iguales entre la Alcaldía de Sacaba y la Gobernación, que ya tendría recursos iniciales aprobados por la Asamblea Legislativa Departamental.

El alcalde de Quillacollo, por su lado, hace referencia a una planta de tratamiento de aguas que prevé que entre en funcionamiento en base al lineamiento que da el plan estratégico de servicios básicos.

“Queremos estar preparados al momento que tengamos el agua del proyecto Misicuni”, expresa y agrega que también buscan estrategias que les permita acceder a financiamiento internacional para poder atender las necesidades de servicios básicos en Quillacollo.

“Es un tema muy duro, no es sencillo, va a absorber una gran cantidad de recursos (...). Estamos hablando de proyectos de más de 2 millones, 3 millones de dólares de inversión”, afirma la autoridad edil.

Se consume el líquido sin saber si tenemos mucha o poca

Lo que estamos viendo son los efectos de una explotación que no está siendo controlada y eso se refleja en que cada vez tenemos que perforar más profundo y cada vez sacamos menos agua.

Quiere decir que estamos explotando más de lo que se recarga el acuífero. En los años 70 se hizo un estudio a detalle, es un estudio que hizo Geobol con un proyecto integrado de Recursos Hídricos en Cochabamba y desde entonces a la fecha no se ha actualizado, no se ha estado haciendo seguimiento y un acuífero debe ser explotado de forma racional.

Hay que hacer un modelaje para ver cuánto se puede extraer de agua. Todo el mundo perfora, todo el mundo explota y no hay control, no hay Autoridad de Aguas.

Yo estimo que hay una sobreexplotación. Se consume sin saber si tenemos poco o mucho. La solución es entrar a utilizar Misicuni en el futuro y bajar la presión sobre estos acuíferos, esperar a que se empiecen a recargar nuevamente para que tengamos lo que teníamos 40 años atrás. Ya no hay agua que brote, ya no hay vertientes, ésto ya se alertó en los años 80, 85, pero no hubo una actualización de estudios. 

La Autoridad de Aguas tiene que regular la explotación y también el costo de la explotación, para que haya una tarifa racional y que el común de la gente tenga acceso al agua. Actualmente no se cobra del agua, se cobra del servicio.

En Cochabamba tenemos una cosa sui generis, tenemos muchas Entidades Prestadoras de Servicios de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario (Epsas), y también usuarios de estas autogestionarias que, movidas por su necesidad, han empezado a perforar pozos,a hacer sus propios sistemas y que cobran una tarifa lo más barata posible por un consumo libre, lo que no les va a permitir tener en un futuro costos de reposición y de ampliación. Todo ésto tiene que ser regulado por una autoridad.