El experimento político llevado a cabo en Bolivia por el Movimiento Al Socialismo, bajo la tutela internacional del ALBA, encierra poderosas contradicciones que pueden acaban convirtiéndose en el germen de su propia destrucción. Aquí un repaso de las principales:
1.- Democracia autoritaria
Un gobierno nacido de las urnas a través de la utilización de todas las posibilidades ofrecidas por la democracia liberal, socava de manera sistemática esos mismos principios (libertad de prensa, división de poderes, libertad sindical, transparencia electoral, representación proporcional, debido proceso, etc.). Aunque acapara poder institucional, su fuerza de legitimidad -surgida de su origen democrático- se irá desvaneciendo progresivamente, tal como le ha estado sucediendo en Venezuela a Hugo Chávez.
2.- Inclusión excluyente
La administración de Evo Morales ha buscado proyectarse mundialmente como campeona del antirracismo, con una concepción “plurinacional y descolonizadora” que permeó toda la estructura de la nueva Constitución y la reciente ley “antidiscriminación”. Sin embargo, se trata de una curiosa modalidad de antirracismo etnicista, un racismo inverso que procura incluir a algunos excluyendo a otros, distinguiendo diversos tipos de ciudadanía de acuerdo a tipologías biológico-culturales.
3.- Populismo elitista
Con un discurso basado en la alianza con los movimientos sociales, la práctica real del gobierno dista mucho de esa prédica. En los hechos, la mayoría de las organizaciones sociales que hicieron posible el crecimiento nacional del evismo, más allá del proyecto meramente local del Chapare, fueron abandonando el barco, empujadas por una nueva élite burocrática que se ha apoderado del timón. Burocracia mayormente proveniente de la izquierda tradicional (PC y otras viejas formaciones estalinistas o maoístas) y de ciertas redes de ONGs. Los movimientos sociales sólo son percibidos desde el poder como simples tropas de choque y cuando reclaman se les dice que “están haciendo perder el tiempo”.
Con un discurso basado en la alianza con los movimientos sociales, la práctica real del gobierno dista mucho de esa prédica. En los hechos, la mayoría de las organizaciones sociales que hicieron posible el crecimiento nacional del evismo, más allá del proyecto meramente local del Chapare, fueron abandonando el barco, empujadas por una nueva élite burocrática que se ha apoderado del timón. Burocracia mayormente proveniente de la izquierda tradicional (PC y otras viejas formaciones estalinistas o maoístas) y de ciertas redes de ONGs. Los movimientos sociales sólo son percibidos desde el poder como simples tropas de choque y cuando reclaman se les dice que “están haciendo perder el tiempo”.
4.- Estatismo capitalista
Evo Morales ensayó un discurso “anticapitalista” en cuanto foro internacional pisó en los últimos años y de hecho utilizó la intervención estatal para distorsionar el mercado en varias ocasiones (cupos y prohibiciones a la exportación). Pero aunque hostigó a sectores del empresariado, sobre todo aquellos que osaron cuestionar sus políticas, ayudó a enriquecerse a otros mediante contratos de obras públicas y otros instrumentos, sustituyendo seguridad jurídica por protección discrecional. La fórmula gubernamental podría resumirse en la frase: capitalismo para los amigos, socialismo para los enemigos.
Evo Morales ensayó un discurso “anticapitalista” en cuanto foro internacional pisó en los últimos años y de hecho utilizó la intervención estatal para distorsionar el mercado en varias ocasiones (cupos y prohibiciones a la exportación). Pero aunque hostigó a sectores del empresariado, sobre todo aquellos que osaron cuestionar sus políticas, ayudó a enriquecerse a otros mediante contratos de obras públicas y otros instrumentos, sustituyendo seguridad jurídica por protección discrecional. La fórmula gubernamental podría resumirse en la frase: capitalismo para los amigos, socialismo para los enemigos.
5.- Ecologismo depredador
Otro de los rasgos for export cultivados por Evo Morales ha sido el “pachamamismo”, una versión casi mística del ecologismo que acusa al capitalismo de todos los males de la Tierra. Una vez más, la realidad se encarga de desmentir al mandatario, ya que según las propias organizaciones ecologistas que lo ayudaron a subir al poder “Evo sufre una esquizofrenia que le impide aplicar lo que predica” (Fobomade). En la práctica, el modelo económico implementado es extractivista (explotación en bruto de recursos naturales), rentista y depredador del medio ambiente, al punto que la mayoría de los “proyectos de desarrollo” gubernamentales afectarán a las diversas áreas protegidas de Bolivia.
Otro de los rasgos for export cultivados por Evo Morales ha sido el “pachamamismo”, una versión casi mística del ecologismo que acusa al capitalismo de todos los males de la Tierra. Una vez más, la realidad se encarga de desmentir al mandatario, ya que según las propias organizaciones ecologistas que lo ayudaron a subir al poder “Evo sufre una esquizofrenia que le impide aplicar lo que predica” (Fobomade). En la práctica, el modelo económico implementado es extractivista (explotación en bruto de recursos naturales), rentista y depredador del medio ambiente, al punto que la mayoría de los “proyectos de desarrollo” gubernamentales afectarán a las diversas áreas protegidas de Bolivia.
6.- Laicismo neopagano
La nueva Constitución parecía implementar un modelo laicista, con separación de la Iglesia y el Estado, decisión que fue acogida con respeto por la jerarquía eclesiástica. Sin embargo, a poco de andar se ha visto que lo que está en marcha es una nueva religión de Estado, un culto neopagano diseñado por antropólogos y yatiris de la Cancillería, que ritualiza los principales actos oficiales del gobierno y que ha llegado a proclamar a Evo como “líder espiritual”.
7.-Progresismo conservador
Por una parte, el gobierno se hace eco del discurso de ONGs organismos internacionales sobre promoción de los derechos de la mujer, pero al mismo tiempo instruye el uso obligatorio del velo islámico en un hospital financiado por Irán en El Alto. Este tipo de contradicciones llevan a que una nueva norma que ya se anuncia y que raya con lo ridículo, se proponga prohibir la exhibición de cuerpos femeninos en la publicidad. No sería nada raro que, tal como sucedió en regímenes totalitarios “populares” (Rusia de Stalin, Cuba de Castro), se involucione hacia alguna forma de puritanismo moral que condene las “formas decadentes” de la civilización occidental.
Por una parte, el gobierno se hace eco del discurso de ONGs organismos internacionales sobre promoción de los derechos de la mujer, pero al mismo tiempo instruye el uso obligatorio del velo islámico en un hospital financiado por Irán en El Alto. Este tipo de contradicciones llevan a que una nueva norma que ya se anuncia y que raya con lo ridículo, se proponga prohibir la exhibición de cuerpos femeninos en la publicidad. No sería nada raro que, tal como sucedió en regímenes totalitarios “populares” (Rusia de Stalin, Cuba de Castro), se involucione hacia alguna forma de puritanismo moral que condene las “formas decadentes” de la civilización occidental.
Fuente: eju.tv