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30 de mayo de 2015

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GRAN PODER: COMPLEMENTARIEDAD ESPIRITUAL Y ECONÓMICA

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Por: Boris Bernal Mansilla

Fuente: Periódico La Razón, Suplemento La Gaceta Jurídica, 02 de junio de 2015; Periódico Cambio, 30 de mayo de 2015, Visor Bolivia; Bolpress.

Se acerca la fiesta mayor de los andes, la Festividad del Señor del Gran Poder, su origen se remonta a 1663, cuando se fundó el Convento de las Madres Concepcionistas. “Según la historia, en aquel entonces, las postulantes al convento debían llevar consigo una imagen. La monja Genoveva Carrión portó un lienzo de la Santísima Trinidad, consistente en una imagen de Dios con tres rostros, representando así su carácter trinitario; padre, hijo y espíritu santo”.


Estas imágenes trifaciales eran muy comunes en la época colonial; el encuentro de dos mundos eran graficadas en estas pinturas. Para el mundo andino no eran extrañas las representaciones trinas, pues, se manifiesta la importancia del número tres como totalidad: Alaxpacha (cielo), Acapacha (tierra) y Manqhapacha (mundo subterráneo).

Es hasta comienzos del siglo XVIII que el Papa Benedicto VI prohibió las imágenes trifaciales a través de la Solicitudine Nostra, ratificada en América por el concilio provincial de Santa Fé en 1772; debido a estas prohibiciones en 1904 el lienzo de la Santísima Trinidad del Convento de las Madres Concepcionistas es retocado convirtiéndolo en una imagen de un solo rostro y llamándola desde ese tiempo “Señor del Gran Poder”. En 1923 surgieron las primeras fraternidades folklóricas dándose inicio con esto a la “Festividad de Señor del Gran Poder”.

Es así que la fiesta del Señor Jesús del Gran Poder pone en escena encuentros, reencuentros y desencuentros sociales entre unos y otros, entre ricos y pobres, entre católicos y protestantes; en suma, entre el pasado y presente de nuestra historia. Se enlazan y complementan ciclos agrícolas y ciclos cósmicos con el mundo religioso-católico.

En la misma lógica, en lo económico, “los comerciantes del Gran Poder ch ́allan sus mercaderías, comen, beben y bailan con ellos, a fin de instaurar una comensalidad general: todos comen y beben con todos, reciprocidad, de modo que igualmente todos puedan también crecer juntos, sugiriendo, una vez más, un entrelazamiento inesperado entre el comerciante y su mercadería. Esta relación no es capitalista, pues no es monoteísta. Es animista: no conoce la separación Sujeto/objeto”.

Basándonos en el libro: “Cuando el baile mueve las montañas. Religión y economía cholo-mestiza” de Nico Tassi, este se refiere a la costumbre de desplegar abundancia material para atraer a la gente y suscitar la relación. Es decir que el Capitalismo se basa en el postulado patriarcal de la escasez y la deuda. En cambio la economía del Gran Poder se basa en el postulado matriarcal de la abundancia, la variedad de lo necesario y de compartir.

Esta lógica también vale para un devoto, cuando se une a una fraternidad para bailar en Gran Poder, como para un vendedor. Todos basan su elección, obviamente, en sus posibilidades económicas, pero lo que dirime es la atracción provocada por la abundancia de bienes, comida y música que el mercado, o la fraternidad, son capaces de ofrecer. Esta abundancia material es un elemento que lleva a las personas a participar y esta atracción será rápidamente consagrada a través del compadrazgo, consolidando de esta formas alianzas espirituales y económicas. Completándose en lo cotidiano: el Capitalismo Occidental y la Reciprocidad Andina.