Boris Bernal Mansilla
Desde que el manifiesto de Córdoba salió a la luz en 1919 y su implantación en las universidades de Latinoamérica, la Política Universitaria, no dejó de ser más que una simple práctica Distractiva y Paliativa, sustentada por El Perfecto Idiota Latinoamericano (Mario Vargas Llosa).
La penuria de la Plebe Estudiantil, encuentra en quimeras de tinte social y de múltiple gama de Zoológismos, el remedio a todos sus males. Hablando siempre de los pobres ingresa a la dinámica servil, colmada de miseria racional y mitigada por dadivas humillantes, sosteniendo a lo largo de la historia El Parasitismo, hegemonizada por Docentes y Administrativos de linaje Derecho-Centro-Izquierda.
Defender quimeras como el Co-gobierno y la Autonomía Universitaria, convoca a la acción inmediata del “Contingente Revolucionario “, pasando del sueño Utópico a la pesadilla de la realidad, que al final se sobrepone a la formalidad sancionada, consolidando el Empoderamiento Autoritarista Docente-Administrativo, que cubre su accionar de inmunidad autonomista.
No hay duda: la idiotez corporativa es una Política de Estado y por tanto una Política Universitaria. Es tiempo de Despertar y adecuar la Autonomía Ideológica a la altura de las necesidades históricas, logrando construir al hombre nuevo pensante y crítico, por que Rebelarse es afirmar un nuevo ideal.
Desde que el manifiesto de Córdoba salió a la luz en 1919 y su implantación en las universidades de Latinoamérica, la Política Universitaria, no dejó de ser más que una simple práctica Distractiva y Paliativa, sustentada por El Perfecto Idiota Latinoamericano (Mario Vargas Llosa).
La penuria de la Plebe Estudiantil, encuentra en quimeras de tinte social y de múltiple gama de Zoológismos, el remedio a todos sus males. Hablando siempre de los pobres ingresa a la dinámica servil, colmada de miseria racional y mitigada por dadivas humillantes, sosteniendo a lo largo de la historia El Parasitismo, hegemonizada por Docentes y Administrativos de linaje Derecho-Centro-Izquierda.
Defender quimeras como el Co-gobierno y la Autonomía Universitaria, convoca a la acción inmediata del “Contingente Revolucionario “, pasando del sueño Utópico a la pesadilla de la realidad, que al final se sobrepone a la formalidad sancionada, consolidando el Empoderamiento Autoritarista Docente-Administrativo, que cubre su accionar de inmunidad autonomista.
No hay duda: la idiotez corporativa es una Política de Estado y por tanto una Política Universitaria. Es tiempo de Despertar y adecuar la Autonomía Ideológica a la altura de las necesidades históricas, logrando construir al hombre nuevo pensante y crítico, por que Rebelarse es afirmar un nuevo ideal.